En toda escritura existe un afán de perdurar, incluso en la nota que deja el suicida un segundo antes de quitarse la vida. Quitarse la vida y escribir, de alguna manera, ambos son gestos desesperados, ambos son abandonos radicales de la acción y toma de partido por el testimonio. Esto no lo invalida el que en un caso uno escriba dos líneas y en el otro quinientas páginas.
Interessante.
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